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Despertar de la sumisión

Tras hablar unas semanas con mucha gente, especialmente chicos solteros, o parejas en las cuales solo me habla el chico, he descubierto un montón de palabras que desconocía, como Hard, Candaulismo o Gang bang, flipante. También he aprendido sobre los gustos no sólo de la gente, sino de los míos propios. Era toda una ignorante.

Conocí a un tío, 40 años, moreno, alto, ejecutivo, como me gustan, y tras empezar la conversación con lo típico, de donde eres, qué buscas, qué te gusta, etc.. me dice que le gusta mi culo y que haría muchas cositas con él. Le dejé muy claro una cosa: yo estoy con mi chico en esto, y no pasará nada sin él. No le importó, es más, su interés se centraba en sentar a mi chico y que mirase mientras él se "encargaba" de mí.
Mientras me contaba lo que quería hacerme en la cama, empecé a sentir un hormigueo por el cuerpo. 

No era la primera vez que me hablaban de dominación y sumisión a ese nivel, de hecho, había leído varias novelas eróticas, como Cincuenta Sombras de Grey o Pídeme lo que quieras, pero todas ellas me hacían sentir confusa. Cuando todas mis amigas querían parecerse a la inocente protagonista, yo quería ser el dueño de un imperio empresarial, tener poder y control.

Cuanto más hablaba con él, menos me iba poniendo la idea de hacer un trío con él. Quería llamarme putita, agarrarme de la cabeza mientras me metía su polla en la boca y darme por culo...
Puede ser que de entrada pueda parecer muy morboso, pero en el fondo, yo quería hacer con él lo que yo quisiera, que participase en nuestro trío con mis reglas y mis directrices, que me diese el placer que yo buscaba, no que yo tuviera que satisfacerlo a él. Quería someterlo.
Me dí cuenta de que él era justo lo contrario a lo que buscaba.



Mientras, seguía hablando con más parejas, chicos, gente que me contaba historias increíbles. Uno de los chicos me comentó que le ponía ver a una chica con las bragas por los tobillos, así que me dio una idea, me hice una foto con las bragas liadas por los tacones. Se la mandé a mi chico mientras trabajaba, quería que se excitase tanto como lo estaba yo, pero además sabiendo que en cualquier momento podían pillarlo. Se quedó alucinado, no porque fuese la primera vez que le mandaba una foto sexy, sino, por lo morboso de la situación. Tanto le gustó, que se la enseñó a sus compañeros.

Cuando me comentó lo que había hecho, me puso como una moto, notaba un cosquilleo por dentro, era como si estuviese haciendo algo prohibido. Así que me lancé, la puse de foto de perfil para que más gente la viera. No creí que yo fuera tan morbosa, pero me encantó esa sensación.

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