Y así lo hice, le escribí por el chat que si quería que nos conociéramos, acudiese ese mismo viernes a las 19:00h al hotel NH del centro. No di opción a que me respondiese y apagué el ordenador.
Fui hacia la cocina y Javi estaba esperándome haciendo un par de tortillas. Me acerqué a él y le dije que lo sentía, no le había comentado nada, pero que la conversación con este chico surgió y se fue poniendo cada vez más caliente. Retiró la sartén del fuego y su contestación fue: Cada vez más caliente me pones tú a mí, eres muy traviesa, y eso me encanta.
Me cogió en volandas y me sentó en la encimera. Me abrió las piernas y se colocó delante de mí. Me besó con fuerte pasión, agarrándome la cabeza con una mano mientras que la otra bajaba por mi sexo aun húmedo de lo que acababa de pasar.
Mis bragas volaron por la cocina en cuestión de segundos. Comenzó a pasar su dedo por mi rajita; mi clítoris se fue poniendo cada vez más terso y más sensible. Mi cuerpo se contraía por el placer de sus manos, y él lo sabía.
Se despegó de mí. Me separó bien las piernas, sujetándolas con ambas manos y se agachó ligeramente y soltó un soplo de aire sobre mi sexo caliente. Me miró a los ojos fijamente con cara de perverso. Fue un contraste de temperatura que me excitó aun más. Me estaba volviendo loca, y de repente sentí cómo su boca húmeda estaba envolviendo todo mi centro de placer. No pude más que gemir.
Sin quererlo, comencé a revolverme, acercándome más a su boca, quería sentir más placer si cabía. Acabé por cogerle del pelo con ambas manos mientras mis caderas se movían cada vez más rápido sobre su boca. Cuando el placer era demasiado intenso, a las puertas del éxtasis, paró.
Le dije: No pares! Estaba a punto de correrme!, a lo que me respondió: Lo sé, por eso he parado. Es tu castigo por ser tan traviesa. Me bajó de la encimera, me dio la vuelta de cara a ella, y me susurró al oído: Me pones demasiado como para parar aquí; me abrió los cachetes y me penetró con su polla ardiente y dura como una piedra.
Me folló fuerte, sí, también lo necesitaba. Me subió un pie a la encimera y mientras me penetraba por detrás me acarició el clítoris, comenzando a entrar en una fase de no retorno, y así fue. Como estaba tan excitada, me movía cada vez más rápido, intensificando sus embestidas, y gimiendo cada vez más fuerte, hasta que ambos nos fundimos en un grito que nos dejó extasiados.
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El trascurso de la semana fue normal, sabía que el viernes teníamos que ir al hotel NH pues Javi tenía una reunión con un superior que venía un par de semanas de Japón para preparar la convención anual, sin embargo, le había dicho a ese chico que acudiese una hora más tarde de esa reunión y no me había vuelto a meter en el chat, por lo que no sabía su contestación. Igual le parecía que éramos una pareja de locos y no pensaba acudir ni de broma. O igual tenía curiosidad por conocerme, al fin y al cabo tuvimos un feeling increíble...
Llegó el viernes por la tarde y nos estábamos arreglando para irnos. Estaba de los nervios, no sabía qué ropa ponerme. Por un lado, tenía que estar elegante, pero por otro, quería sentirme sexy y guapa. Finalmente decidí una mezcla de ambas cosas y me puse un vestido negro ceñido con un volante que dejaba mis hombros al descubierto, y unas sandalias negras a juego. Javi se puso unos vaqueros y un polo negro, para ir informal.
Llegamos al hotel y nos sentamos en unos sofás con mesita baja al fondo del bar. Enfrente de mí estaba el jefe de mi chico, y entre nosotros, su mujer. Estuvimos un rato largo hablando de la empresa, y yo no había parado de beber agua, así que como era de esperar, me excusé y me fui al baño.
Mientras me estaba retocando los labios frente al espejo, haciendo tiempo, un chico se confundió y hizo el ademán de entrar al baño de mujeres. Le dije que se había confundido, mirándolo a través del espejo. Él se quedó quieto observándome. Cuando me giré para verlo bien ya se había ido.
Al salir del baño, Javi ya se estaba despidiendo de su jefe y la mujer, así que me apresuré, y me despedí educadamente.
Estaba tan cansada después de una dura semana de trabajo que hasta se me habían pasado todos los nervios, ya me daba igual si el chico del chat venía o no, aguantar más conversaciones de trabajo un viernes por la tarde fue terrible, necesitaba una copa y bien cargada.
Nos acercamos a la barra, y Javi se ausentó un momento para ir al baño mientras yo pedía las copas. Yo estaba de pie, viendo cómo el camarero servía primero mi copa cuando el chico del baño se puso a mi lado en la barra y me dijo: Hola Secret. Giré la cabeza incrédula, nadie allí sabía mi nombre, sólo podía ser él; el chico del chat. Realmente era él?
Me quedé muda, y le di un repaso de arriba a abajo con la mirada. Era bastante más alto que yo, iba vestido igual que Javi, solo que su polo era rojo. Comenzamos a tontear un poco, la verdad, me parecía una locura que hubiera venido. Unos minutos después llegó mi chico, nos vio muy cerca, me separé y los presenté. Javi propuso acomodarnos, así que los tres con nuestras copas en mano nos trasladamos a la zona de las mesas.
La conversación fue amena, nos echamos unas risas y se creó un ambiente en el que yo estaba completamente a gusto con los dos.
Lo miraba fijamente, me parecía muy atractivo. Él tampoco me perdía de vista, estaba sentado frente a mí. Comencé a rozar con mi pie su pierna, un par de veces, y a la tercera, me agarró del tobillo, manteniendo mi pierna estirada bajo la mesa, y sus manos se deslizaron hacia arriba por mi pierna, hasta llegar al muslo. Me mordí el labio, y él desvió su mirada pícara hacia mí. Me sentí su presa. Tenía ganas de jugar.
No me soltaba la pierna, y me estaba calentando, no sólo con sus gestos disimulados, sino con esas manos grandes y fuertes por mis piernas, tenía ganas de que subieran un poco más y notaran mi calor. No podía esperar más, así que me puse de pie y les dije: Voy a ir a recepción a coger una habitación, quien quiera compartirla conmigo, que me siga. Ambos se miraron, y Javi le hizo el gesto de pasar detrás de él.
Llegamos a la habitación y ambos estaban un poco tensos, para qué negarlo, pero los senté a los dos en el borde de la cama, y comencé a besar a uno y luego a otro. Los incorporé para desnudarlos a la par que sus manos comenzaron a deslizarse por mi cuerpo, bajo mi vestido...
No me había puesto bragas, por lo que cuando se dieron cuenta, noté cómo a ambos les palpitaba algo bajo los pantalones. Les terminé de quitar la ropa y Javi se puso delante de mí para besarme y acariciarme los pechos, y el otro chico, Iván, detrás de mi, besándome el cuello y bajando por la espalda mientras me subía el vestido. Me quedé desnuda en un momento.
Se agachó un poco y metió su boca en medio de mis piernas. Le cogí un poco del pelo para que fuese un poco más despacio, pues me estaba excitando demasiado rápido. Desde luego, sabía manejar bien su lengua. Cuando estaba a punto, me separé, diciéndole que se pusiera de pie.
Entonces, me puse de rodillas, dejando a cada uno a un lado. Sus miembros erectos estaban apuntando a mí, teníamos el mismo deseo. Me metí la polla dura de Javi en la boca, saboreándola, con ganas. Iván me dijo que le gustaban mis labios carnosos, así que seguí con la polla de él, así sabría cómo se comportan estos labios. Ninguno me perdía de vista.
Me incorporé, cogiendo a ambos de la mano. A Iván lo tumbé en la cama, boca arriba. Despacio, apoyé mis manos sobre sus hombros mientras me sentaba sobre su polla gruesa, de espaldas a él, bajando despacio hasta que estuvo completamente dentro de mí. Ambos soltamos un fuerte gemido. Me cogió de los pechos, empujándome hacia él.
A continuación, Javi se puso de pie en la cama, dejándome su polla a la altura de mi boca. Inevitablemente me la acerqué para poder saborearla, recreándome en su sensible punta.
Sabía que a Iván le gustaba a cuatro patas al igual que a mí, así que aproveché y me cambié de postura. De esta manera, Javi me estaba follando la boca, sujetándome la cabeza con sus manos, e Iván me estaba follando desde atrás, con sus manos en mis caderas. Los tres estábamos muy calientes, yo no podía parar de gemir aun con la boca llena.. Vaya momento de excitación!!
Iván empezó a acelerar y yo necesitaba más, así que mis movimientos se iban compasando con los de él, cada vez mas salvajes y rápidos. Mis gemidos y mis movimientos cada vez eran más y más fuertes, provocando vibraciones en el pene de Javi y un movimiento intenso en el de Iván. Al momento exploté. Tuve un orgasmo tan intenso que perdí la noción del tiempo en ese momento.
Iván no tardó en alcanzar el orgasmo. Cuando estuvo a punto, sacó su polla y se corrió sobre mi espalda. Mmm me encantó sentir su calor sobre mi cuerpo... Al momento se levantó y fue al baño a por papel para limpiarme. Mientras, Javi se puso detrás de mí, me empujó contra la cama para tumbarme boca abajo y siguió follándome. Me agarró del pelo, tirando un poco hacia él.
Me excitaba tanto...cómo era posible estar tan cachonda si acababa de tener un orgasmo! Debería estar cansada, pero no, mi cuerpo estaba deseoso, quería más, y quería a Javi, justo donde estaba. Apoyé los codos en la cama elevando el culo para que pudiera penetrarme más profundo.
En lo que tardó Iván en salir del baño, comenzó a entrarme ese calor intenso por dentro, el cual me indica que un nuevo orgasmo está acercándose. Mis caderas se movían solas, haciendo círculos incluso, lo que estaba volviendo loco a Javi, masajeándome los pechos a la vez que me empotraba fuerte. Yo no perdía de vista a Iván, que estaba parado mirándome fijamente a los ojos.
Siempre me había puesto muy cachonda el hecho de ser observada, y en ese momento estaba pasando. Mi excitación subió de nivel. Se acercó, y sin pensármelo, me metí su polla en la boca, la cual fue creciendo por momentos.
Se mordió el labio inferior y mi sensación de placer se multiplicó, ver en su cara que me tenía ganas hizo que no pudiera aguantar más y le dije a Javi que estaba a punto de correrme. Esperó unos segundos y me dijo: córrete ya conmigo. Y así lo hicimos, tuve un orgasmo mayor que el primero si cabía, mi cuerpo se movía involuntariamente, mi voz se quebró de tanto gritar.
Tras varios segundos sin poder moverme, finalmente Javi salió de mí, y los tres nos dirigimos al baño. Primero nos duchamos Javi y yo, y a continuación Iván. Yo me quedé desnuda, aunque los chicos se pusieron su ropa interior.
Finalmente, pasamos el resto de la tarde en la cama, charlando y riéndonos. Cuando llegó la hora de cenar, nos vestimos y bajamos al restaurante. Pedimos vino, y la conversación se iba poniendo cada vez más picarona.. Finalmente, nos fuimos cada uno a nuestra casa, no sin antes despedirnos con un "nos vemos pronto".
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