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Mostrando entradas de marzo, 2018

Comenzando el fin de semana...I

Os voy a contar un secretito muy breve... Hace cosa de un mes, mi amiga Sandra y yo planeamos una escapada romántica de fin de semana con nuestros chicos. Habíamos alquilado una casa rural para los cuatro en un pueblo cercano, y quedamos en vernos el viernes allí cuando saliéramos ambas del trabajo. Ese día yo trabajaba hasta mediodía, por lo que Javi, mi chico, se encargaba de cargar las maletas en el coche y recogerme. A las 15:00h estaba esperándome en la puerta de mi oficina, salí y nos fuimos hacia la Sierra de Grazalema. Tardamos un par de horas en llegar, eran las 17:00h de la tarde y yo aún no había comido, por lo que en cuanto entramos, soltamos los bártulos y fuimos directamente a la cocina. Nos habían dejado una fuente de fresas y una botella de cava en la nevera. Como Sandra y Álex se ocupaban de traer la comida para la barbacoa de esa noche, me conformé con lo que había, aunque fuese un poco pronto para beber. Javi encendía la chimenea mientras yo apartaba la

Una semana muy, muy dura...

Tengo otro secretito..Queréis que os lo cuente? Pues ahí va: Llevaba una semana de mucho estrés en el trabajo, así que el jueves por la mañana me notaba tan contracturada que no aguanté más y llamé al centro de fisioterapia donde suelo ir. Solicité una cita para esa misma tarde con Virginia, mi fisio de siempre, pero la chica de recepción me dijo que imposible, no tenía huecos libres hasta mediados de la semana siguiente... Me quedé callada, algo raro en mí, pero tenía que pensar qué iba a hacer entonces.. Ella, que me conoce, me dijo que habían incorporado a un fisio nuevo, con experiencia y tenía una cita libre al final de esa misma tarde... Aunque no me convencía mucho que me atendiese otra persona, le dije que sí sin pensarlo, pues realmente necesitaba un masaje ese mismo día, no podía esperar más. Llegué a las ocho menos cinco y me puse a hablar con la recepcionista. Nos reímos y de repente me quedé blanca, cuando por la puerta de la habitación salió Jorge, que venía hacia

Una tarde divertida en el centro comercial...

Aquí va otro de mis secretos... El sábado por la tarde, estaba con mis amigas en el centro comercial de compras y risas. Tomamos café y entramos en una conocida tienda de ropa. Aunque íbamos todas juntas, cada una se fue por su lado a buscarse un conjuntito para esa noche y quedamos en que media hora después nos veríamos de nuevo en la puerta. Todas se fueron para la parte de camisetas y chaquetas, pero yo me fui al fondo de la tienda, donde se encontraba la bisutería y la ropa interior. Cogí un par de sujetadores y varios tangas. Con los mismos me fui al probador, le enseñé a la chica de la tienda las prendas y me dijo que quedaba un probador libre al fondo a la izquierda. Atravesé todo el pasillo, y llegué al probador, me metí dentro, colgué mis cosas en el perchero sobre el espejo, el bolso en el banquito y me giré dispuesta a cerrar la cortina. En ese momento me detuve en seco. Estaba al fondo del pasillo de los probadores, y en el de enfrente había un chico probándose