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Comenzando el fin de semana III...

Cuando llegué al dormitorio, empecé a escuchar el agua caer. Cerré la puerta de la habitación y me dirigí hacia el baño. Javi estaba entrando en la ducha y me extendió la mano para que me metiese con él. Una vez que entré, el agua ya estaba caliente, le dio a unos de los mandos, y el agua empezó a caer sobre nuestros cuerpos. Estábamos de pie, uno frente al otro, me cogió de la cintura y me besó. Pasados unos segundos me separé para coger aire, ya que no podía respirar bien por el agua que caía sobre nuestras caras, pero no me dejó, me dio el tiempo justo para respirar y volver a pegarme a su cuerpo para besarme aún más intensamente que la vez anterior.




Cortó el agua, se separó, me dio media vuelta y comenzó a masajearme el pelo con el champú. Yo estaba en silencio, él también. Cuando tuve todo el pelo con espuma, entonces cogió la esponja con gel y empezó a enjabonarme. Primero el cuello, los hombros, bajaba por la espalda, mi culito, donde se recreó, y no sólo con la esponja, me abrió las piernas y bajó suavemente hasta los tobillos. Me giró de nuevo, y en silencio aún me enjabonó los pechos, bajó hasta el ombligo y luego mi sexo, apretándolo contra la esponja. Uf me estaba volviendo a excitar.

Él se enjabonó rápido, y se enjuagó, para luego, derramar el agua caliente sobre mí. Yo me di media vuelta para que mojara mi pelo largo, él lo entendió y además de hacerlo, se pegó bastante a mi cuerpo. Pude notar su miembro erecto de nuevo, mientras me besaba el cuello. Yo incliné un poco la cabeza hacia atrás, y alargué la mano para tocarle. Estaba duro, recto, con ganas, iguales que las mías.

Cortó el agua, y como estaba detrás de mí, me abrió un poco los cachetes y comenzó a pasar su mano por mi rajita húmeda. De arriba abajo. Nos besamos, mis caderas se movían involuntariamente. Quería más. Javi lo notó y me dijo al oído: “Ahora no podemos, pequeña, nos están esperando”.

Con resignación, salimos de la ducha, nos secamos, Javi se puso solo unos vaqueros y salió para preparar la cena. Al momento salí yo. Me había puesto una camiseta grande de Javi y me había recogido el pelo en un moño alto. ¿Para qué me iba a arreglar más?, si total, iba a llenarme del humo de la barbacoa, y no se me iba a ver nada que no hubieran visto recientemente...
La cena fue bien, la comida preparada por los chicos estupenda, la risa a veces un poco nerviosa, pero no tocamos el tema de lo ocurrido un rato antes, comentamos la ruta de pueblos que íbamos a visitar al día siguiente.

Cuando acabamos, Sandra y yo recogimos la mesa mientras los chicos apagaban el fuego de la barbacoa. Nos pusimos las dos juntas a fregar los platos, y de repente Sandra me preguntó: ¿ Has atado alguna vez a Javi?. Yo paré al segundo lo que estaba haciendo, la miré con cara provocativa y le dije: ¿Quieres jugar?. Ella asintió.




Terminamos de dejar la terraza medio decente y nos fuimos los cuatro al sofá a ver una película, ese mismo sofá donde habíamos comenzado algo un rato antes...
Nos pasamos media película medio tumbadas cada una sobre su chico. Me estaba aburriendo un poco la película, así que comencé a pasar mi mano izquierda sobre la bragueta de Javi. Al principio iba suave, y poco a poco la cosa se iba animando. Empecé a notar un bulto cada vez mayor, y cuando finalmente hacía un poco de presión, me respondía con un leve movimiento.

Javi empezó a ponerse nervioso y a moverse en el sitio, me acariciaba el pelo para relajarse e intentaf disimular, pero yo no tenía intención ninguna de parar. Empezó a respirar cada vez más pronunciado, tanto, que Álex y Sandra lo miraron. Le guiñé un ojo a Sandra cuando me miró y ella supo que en ese momento iba a empezar el juego.
Me disculpé un segundo, y fui descalza hacia el dormitorio. Cogí un par de corbatas y los cinturones de los dos albornoces que estaban colgados en el cuarto de baño. Mientras caminaba hacia el salón, Sandra se giró, yo le enseñé en silencio las corbatas y le di una. Yo me quedé con la otra y me puse tras de Javi para taparle los ojos. Sandra hizo lo mismo.

Rodeé el sofá, y allí estábamos de nuevo, dos chicos estupendos sentados en el sofá, con los ojos vendados y nosotras de pie, frente a ellos, observándo cómo se dejaban hacer...
Cada una se sentó sobre su pareja. Yo me pegué a Javi, le pasé mis manos por su pelo, nuca, mientras le rozaba el lóbulo de su oreja con la punta de mi lengua caliente. Le pegué un mordisquito, y él inclinó la cabeza para ese lado. Le gustaba. Seguí besándole lentamente por detrás de la oreja, bajando despacio por el cuello.

Él me rodeó con sus brazos, metiendo sus manos por debajo de esa camiseta suya que llevaba puesta. Me acarició con sus manos por mi suave espalda, fue bajando hasta mi culo y se detuvo cuando se dio cuenta de que yo no llevaba ropa interior. Él, descolocado, tocó un poco más arriba y abajo, pero no, no lo encontró, ya que me había quitado el tanga cuando fui al dormitorio.
Me moví un poco sobre él, pero ahora era mi turno. Le subí la camiseta y se la quité, seguí pasando mis labios sobre sus pectorales bien marcados, bajando por el ombligo hasta llegar al botón de sus vaqueros. Se los quité.

Me arrodillé en el suelo y le abrí las piernas. Acerqué mi cálida boca a su miembro erecto. Pasé la punta de la lengua por su glande. Reaccionó, así que me recreé. Lo lamí de arriba abajo, de la base a la punta de su polla, y la metí entera de golpe en mi boca. Él se movió en su sitio y soltó un gemido. Me estaba mojando de verlo tan excitado, especialmente cuando apoyó su mano sobre mi cabeza, quería más y yo se lo iba a dar.

Puse mi mano sobre su base y comencé a moverla al ritmo en que entraba y salía de mi boca. De vez en cuando paraba para succionarle la punta y mover muy rápido mi lengua. Él se revolvía sentado, le estaba costando respirar. Llegó un momento en que mi ritmo era constante, y él que estaba muy muy excitado, se movía a la vez, pero no iba a dejar que se corriera, aún no.

Miré a Sandra, y Álex estaba exáctamente igual de excitado que Javi. Las dos nos sonreimos mientras teníamos las pollas de nuestraa parejas en la boca. Una situación de lo más morbosa.
En ese segundo, miré al hueco del suelo entre las dos, y vi los cinturones de los albornoces, así que cogimos uno cada una, y les atamos las muñecas juntas a nuestros chicos. Me levanté, estaba muy excitada y necesitaba follar, no podía esperarme más, lo deseaba.

Sandra me tocó el hombro, y sin mediar palabra, me dijo por gestos que me nos cambiásemos de sitio, ella se sentaría encima de Javi y yo sobre Álex. Ni me lo pensé. Nos cruzamos, me apoyé sobre los hombros de Álex, cogí su polla con la mano y noté lo húmeda que estaba, así que con cuidado la puse sobre la entrada de mi sexo húmedo y bajé despacio, hasta que la sentí completamente entera dentro de mí. En ese momento, al tocar el fondo, Álex soltó un gran gemido de placer, el mismo que sentí yo, pero no podía decir nada, o sabría que no era yo la que estaba sobre él.

Comencé a moverme suave, lo necesitaba, necesitaba esa sensación de placer en mi interior. Movía las caderas en círculos, así podía sentirlo por todas las paredes de mi vagina. Me empezó a entrar mucho calor, la excitación era enorme, así que mis movimientos se fueron acelerando.
Miré hacia mi izquierda y vi a Javi que estaba a punto. Le hice una señal a Sandra para que le quitase tanto el nudo de las muñecas como el de los ojos. Cuando vio que la que estaba encima de él no era yo, me miró fijamente a los ojos, y se mordió el labio, cogió a Sandra por las caderas sin apartar la vista de mí y la empezó a mover con fuerza.




Uff yo me aceleré, no podía más, estaba a punto, pero necesitaba esas últimas sacudidas fuertes, así que le solté las manos a Álex, y las puse sobre mis pechos. Empezó a masajearlos y a rozar sus pulgares por mis pezones duros. No me podía creer que no se diera cuenta de que era yo! Le pasé la lengua por sus labios, y me envolvió con sus brazos acercándome a él y besándome. Yo me dejé hacer mientras él me atrapaba con su boca e intensificaba sus movimientos.
Aproveché la posición para quitarle el nudo de la corbata que le tapaba los ojos. Cuando la dejé caer, miró a Sandra y a Javi, y noté cómo se le poní aún más dura dentro de mí. Su sexo estaba palpitante, al igual que el mío.

En ese momento, Sandra comenzó a respirar cada vez más rápido y Javi también. Sus movimientos eran fuertes. Escuché a Javi soltar un gemido, y Sandra comenzó a gritar, se empezó a mover ella a otro ritmo más rápido, lo que envolvió a Javi en un orgasmo también.
Álex y yo acercamos las frentes y nos miramos fijamente, estábamos más que excitados de ver como nuestras parejas estaban teniendo un orgasmo juntos en ese momento. Me mordí el labio, él se fijó, y se recostó en el sofá, se mojó un par de dedos con saliva y metió la mano como pudo entre nosotros, hasta alcanzar mi clítoris y comenzó a dar vueltas sobre él. Me invadió una ola de calor intenso. El olor a sexo en el ambiente era increíblemente especial.

Me acerqué al oído de Álex, y mirando a Javi y le dije: Fóllame fuerte. Así lo hizo, y en un par de estocadas ambos nos sumimos en un gemido al unísono que retumbaba en aquella casa.


......


Esa misma noche, en la cama, no paraba de darle vueltas a todo lo vivido. No me podía creer que todas mis fantasías se hubieran cumplido, y en un mismo día!

Finalmente me quedé dormida viviéndolo de nuevo en mis recuerdos... 

Espero que os haya gustado. Besitos!

Comentarios

  1. Quien ha dicho que las segundas partes no eran buenas, y las terceras si son así mucho mejor. Buena manera de llegar al climax, despacio y con buena letra

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  2. Wow! Eso si que es un relato apasionante acerca de una fantasia muuuy sexy. Me puse a mil leerte.

    Debo darte aun mas las gracias ya que tu fantasia me inspiro para escribir la mia propia. Es la primera vez que escribo, y creo que me quedo algo larga jajaja. Me haria ilusion que le echaras un vistazo, te dejo aqui el link: https://thesanman.blogspot.com/2020/06/encuentro-entre-conocidos-extranos.html

    Espero que algun dia vuelvas a escribir aqui, me encantan tus historias :)

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